"Se deben examinar los mecanismos existentes a fin de flexibilizar la provisión de asistencia de liquidez de emergencia", así como "mejorar el acceso de la entidad aseguradora de depósitos a la información y a financiamiento de respaldo", precisó el FMI en un comunicado emitido este jueves desde Washington.
El organismo multilateral precisó que el informe sobre la evaluación del sector financiero concluyó el pasado 31 de julio, sobre la base de un trabajo conjunto con otra misión del Banco Mundial (BM), con la que visitó Ecuador entre noviembre y diciembre de 2022, y entre abril y mayo de este año.
En el informe, el FMI concluyó que, si bien la dolarización aplicada desde el año 2000 "proporciona un ancla importante para la economía ecuatoriana, los riesgos sistémicos de liquidez son elevados debido a la limitada capacidad del Banco Central para suministrar liquidez".
Aceptó que el sector financiero ecuatoriano "es en general resiliente" ante los choques macrofinancieros adversos, pero remarcó que "algunas instituciones presentan notables vulnerabilidades de solvencia y liquidez".
"Para preservar la confianza es esencial reforzar la capitalización, reconocer sin demora las pérdidas por préstamos incobrables y abordar las instituciones no viables", recomendó el Fondo.
Reconoció que el marco institucional para la supervisión del sector financiero "es complejo, carece de coordinación y se presta a la intervención política" en Ecuador, por lo que se necesitarían "reformas para reforzar la independencia de la función de supervisión".
"Los nuevos avances que se precisan en el marco macroprudencial han de lograrse desarrollando una mayor capacidad analítica para todo el sector financiero, mejorando el intercambio de información y la coordinación y definiendo con claridad las funciones de múltiples instituciones", abonó.
También sugirió reforzar el marco jurídico para la resolución bancaria y establecer "responsabilidades más claras para las entidades participantes, ampliando el conjunto de herramientas de resolución y garantizando que las decisiones de resolución no sean revocadas".
"También es necesario reforzar urgentemente la gestión de gobierno y los controles internos de los bancos públicos, y los limites de las tasas de interés deberían migrar hacia una tasa de usura", precisó la entidad en su texto.
Esta evaluación fue realizada después de que el año pasado se completase un programa crediticio de asistencia del FMI a Ecuador por valor de 6.500 millones de dólares.
El FMI se ha convertido en un puntal para el Gobierno de Ecuador, presidido por el conservador Guillermo Lasso, que ha afincado gran parte de su estrategia económica en la relación con el Fondo, cuya presencia también ata a otros organismos multilaterales.
Lasso, que ha orientado su gestión con un estilo neoliberal, concluirá su mandato este mismo año de forma adelantada, luego de que él mismo invocase en mayo la llamada "muerte cruzada", un mecanismo constitucional con el que disolvió la Asamblea Nacional (Parlamento), de mayoría opositora, cuando se disponía a votar su destitución.
Esa medida forzó la convocatoria de elecciones extraordinarias, cuya primera ronda de votaciones se realizó el pasado 20 de agosto, cuando resultaron finalistas la correísta Luisa González y el empresario Álvaro Noboa.
González, afín al expresidente Rafael Correa (2007-2017) y Noboa (hijo del magnate bananero Álvaro Noboa) se medirán en una segunda ronda de votaciones (balotaje) el próximo 15 de octubre, y quien venza completará el periodo de Lasso que debía concluir en mayo de 2025.
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