En un artículo publicado por la agencia estatal de noticias KCNA se menciona el test realizado el 1 noviembre desde la base californiana de Vanderberg y critica que, por primera vez en siete años, una de estas pruebas contará "con la participación de los gángsteres militares surcoreanos".
Una delegación encabezada por el viceministro de Defensa Nacional Heo Tae-keun presenció el lanzamiento del proyectil, que falló en pleno vuelo por causas no especificadas por las Fuerzas Aéreas estadounidenses.
El test, según el escrito, "claramente muestra quién es el objetivo de las armas nucleares y estratégicas de Estados Unidos".
El texto critica también el desarrollo planteado en EE.UU. -y aún pendiente de su aprobación en el Congreso- de un nuevo tipo de cabeza termonuclear, la B61-13, y acusa a Washington de intensificar su "acumulación de armas nucleares" en un momento marcado por la guerra en Ucrania, los ataques de Israel sobre Palestina y "una confrontación militar sin precedentes entre Estados con armas nucleares".
A su vez, califica los últimos despliegues de activos estratégicos estadounidense -como la reciente visita a Corea del Sur de un bombardero B-52- que forman parte del mecanismo disuasorio acordado entre Seúl y Washington "de actos hostiles imprudentes y extremadamente provocativos que están incrementando de manera unilateral la tensión en la península coreana".
El artículo concluye advirtiendo que las fuerzas armadas norcoreanas "están colmadas de determinación a la hora de cumplir fielmente con sus obligaciones constitucionales de defender la soberanía nacional y la integridad territorial y los derechos e intereses del pueblo".
En ese sentido, amenaza con que el ejército del hermético país asiático está listo para replicar "a las imprudentes provocaciones militares de los maníacos de la guerra con una respuesta rápida, abrumadora y decisiva".
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