Estudiantes universitarios, feligreses católicos y religiosos se congregaron en la UCA, cercana a San Salvador, para participar en la tradicional peregrinación de "los farolitos", de una misa y de un acto cultural.
La peregrinación recorrió el campus con las fotografías de los llamados mártires acompañadas de antorchas y palmeras decoradas con listones y papeles de colores, y pasó por cuatro estaciones que recreaban alguna situación del país, como la migración y la pobreza.
José Antonio Salazar, un católico y fiel seguidor del legado de los jesuitas, dijo en declaraciones a EFE que "recordar a los padres es mantener vivo sus mensajes, que en aquella época (de guerra) dieron esperanza a muchas personas".
Lamentó que el asesinato de las mujeres y los religiosos "esté en la impunidad" y que "los que los mataron no estén presos".
Por su parte, Mónica Rodríguez comentó a EFE que año con año participa en la actividad y que desde hace cinco años lo hace acompañada de su hijo, un menor de cinco años.
"Antes que (mi hijo) cumpliera un año lo traje para que se comenzara a familiarizar con esto (la actividad) y para que él fuera conociendo la historia", señaló.
La UCA estaba por cumplir 25 años en 1990 y era una de las instituciones que promovía una solución pacífica al conflicto armado salvadoreño y los padres jesuitas denunciaban las injusticias sociales y su voz "resultó incómoda para la clase política y militar de la época".
"Recordamos a aquellos que alzaron la voz por la justicia y que fueron acallados", dijo una de las organizadoras del evento en altavoz.
Hace dos años, la conmemoración se daba en momentos en los que la causa penal se encontraba cerrada por decisión de la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia (CJS), pero los jueces constitucionalistas ordenaron reabrir la causa en enero pasado.
La reapertura, que inicialmente se había ordenado en 2017, se dio a raíz de la anulación de una ley de amnistía de 1993, por un fallo constitucional de 2016.
La Fiscalía acusó a 13 personas por esta masacre, incluido el expresidente Alfredo Cristiani (1989-1994).
Además del exmandatario son señalados los militares retirados Juan Rafael Bustillo, Juan Orlando Zepeda Herrera, Carlos Camilo Hernández Barahona, Nelson Iván López López y Joaquín Arnildo Cerna Flores.
El 16 de noviembre de 1989, cinco días después de que la entonces guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) lanzara la ofensiva "Hasta el tope" en la capital, un comando de élite del Ejército salvadoreño segó la vida de los jesuitas.
Las víctimas fueron los españoles Ignacio Ellacuría, Segundo Montes, Ignacio Martín-Baró, Amando López y Juan Ramón Moreno y el salvadoreño Joaquín López, la trabajadora de la UCA Elba y su hija de 16 años, Celina Ramos.
Por este crimen únicamente está encarcelado en El Salvador el coronel Guillermo Benavides, condenado a 30 años de prisión en 1991 por trasladar la orden de asesinar a los jesuitas y a quien se le ha negado el indulto y conmutación de la pena por ser un crimen de lesa humanidad.
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