La actividad sísmica continúa en la denominada península de Noto y sus alrededores aproximadamente una semana después del fuerte seísmo de magnitud 7,6 y de nivel máximo en la escala sísmica japonesa, donde hasta la mañana de este martes se habían producido 1.248 terremotos de intensidad medible, informó la cadena pública NHK.
El terremoto ha dejado ya 180 muertos contabilizados en la prefectura de Ishikawa, la más castigada, la mayoría de ellas en las damnificadas ciudades de Wajima (81) y Suzu (71), y al menos 565 personas han resultado heridas de gravedad.
Las autoridades meteorológicas estiman que la actividad podría prolongarse durante al menos un mes y están pidiendo precaución tanto por este hecho como ante el temporal de lluvia y nieves que podría causar deslizamientos de tierra y avalanchas en zonas, o propiciar el derrumbe de edificios y viviendas ya inestables.
Unas 28.000 personas continuaban desplazadas el lunes y miles de hogares seguían experimentando cortes de luz mientras el termómetro marca temperaturas bajo cero en áreas seriamente afectadas, por lo que se está pidiendo precaución también ante posibles hipotermias.
Los equipos de rescate continuaban hoy las labores de búsqueda en estas condiciones meteorológicas adversas de los desaparecidos, que según el último recuento oficial de las autoridades prefecturales ascendía a 120 personas.
La cifra de desaparecidos viene variando enormemente, dadas las dificultades para los recuentos ante el difícil acceso y aislamiento de ciertas áreas por los cortes de carreteras dañadas y con obstáculos por el fuerte temblor y sus réplicas.
Unos 6.100 efectivos de las fuerzas armadas japonesas se han unido a los equipos de rescatistas locales y enviados desde otras provincias para participar en las labores de rescate y también de abastecimiento, que están resultado complicadas e insuficientes en algunas áreas, según los testimonios de los afectados.
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